El director de Diversidad Biológica, Jesús Manzanilla, declaró a Prensa Latina que expertos del Ministerio para el Ambiente junto a pobladores impulsan programas para monitorear y preservar las nidadas del quelonio en las dunas, sus moradas temporales.
Los proyectos prevén el cuidado de los huevos para evitar las acciones de depredadores, semanas después de la eclosión los recién nacidos son liberados en el mar.
Otro de los sitios de relevancia para la conservación de esas criaturas es la isla de las aves, considerada el área de mayor importancia para la reproducción de la tortuga verde en Venezuela, y el segundo a nivel mundial, precisó Manzanilla.
Estudios revelan que entre 350 y 600 ejemplares ponen sus huevos en la islilla de unas cuatro hectáreas, principalmente en los meses de julio a septiembre.
Posteriormente viajan hacia zonas de alimentación en otros países como México, Cuba, Puerto Rico, República Dominicana y Nicaragua.
Las tortugas marinas, actualmente en peligro de extinción, habitan los océanos desde hace 200 millones de años, un caparazón en forma hidrodinámica y las aletas, facilitan su desplazamiento.
Cinco de las siete especies que sobreviven en el planeta desovan en Venezuela.
Incrementar las labores de educación ambiental es otra de las estrategias para preservar a estos reptiles, venerados por antiguas culturas que los denominaban pescados con escudos.
Entre las especies que llegan a las costas venezolanas sobresalen la Chelonia mydas (verde), caguama y cardón, la mayor del mundo que puede sobrepasar los dos metros de longitud y 500 kilos de peso.